Muchas veces tratamos de parecer sexy para encontrar pareja o para sentirnos mejor con nosotras mismas, pero lo que conseguimos es una apariencia más relacionada a lo vulgar, contradiciendo el sentido del por qué se eligió tal o cuál atuendo.
Si bien la moda puede incomodar a más de una, ya que inevitablemente la ropa le sienta diferente a las modelos de pasarelas, lo cierto es que en algunos casos se pasa a la vulgaridad por desconocimiento, no a propósito. Afortunadamente, esto se puede mejorar y modificar.
¿Cuál es el límite para evitar ser vulgar?
La línea entre lo sensual y lo vulgar es más que fina, pero hay que saber que lo primero se insinúa y lo segundo se muestra. Se puede ser sensual sin llevar una falda extra corta o un escote prominente, simplemente sabiendo cómo caminar o hablar.
Es preciso tener mucho cuidado con la ropa, el maquillaje, el calzado y los accesorios, en definitiva, con la imagen en general. Mostrar un poco es aceptable, pero es preferible sugerir, «invitar», que directamente dejar todo a disposición.
También se puede ser vulgar en la actitud, exagerando demasiado las acciones, riendo a carcajadas, sobreactuando, mintiendo, dando respuestas para que el otro se conforme, etc.
Diferencias entre vulgaridad y sensualidad
Esto puede ser un tanto confuso para algunas mujeres, por lo que es interesante destacarlo:
La ropa: Como bien dijimos anteriormente, un escote profundo o una falda muy corta hacen que la mujer se vea vulgar, no sensual, por lo que lo ideal es evitar mostrar todos los atributos y dejar a la imaginación. Esto no quiere decir estar tapada de pies a cabeza, pero si, con delicadeza y elegancia, sugerir con un vestido hasta la rodilla, un escote pequeño, unos buenos tacos cómodos, etc.
El maquillaje: Es necesario aplicar la teoría de que a veces «menos es más». Esto significa que si se pone demasiado color en los ojos, los pómulos y los labios, se atraerán miradas, eso está claro, pero no de las de calidad.
Una opción es maquillar lo que se desea destacar según el rostro (por ejemplo, los ojos) y lo demás que se vea natural. Lo mismo se aplica para el perfume, lo mejor es usar poca cantidad en áreas clave.
El lenguaje corporal: Los hombres coinciden en que la mujer es más atractiva cuando es ella misma, cuando no aparenta ser lo que los demás pretenden, cuando se siente cómoda con la ropa que eligió, cuando es femenina, cuando tiene cuidado al sentarse, es delicada en sus movimientos y sobre todo, natural.
En resumen, la sensualidad es sinónimo de buen gusto, de elegancia y de sofisticación. No es estar todo el día vestida de princesa, pero si saber en qué momento usar cada prenda y cómo relucir lo más destacado del cuerpo y de la personalidad, sólo lo justo y necesario. Lo demás, quedará librado a la imaginación del afortunado que pase por el camino.
Fuente: http://belleza.comohacerpara.coml